Reflexión Crítica #2

La perspectiva del niño en “Adiós, Cordera” y “La Lengua de Las Mariposas”

Después de leer los cuentos, “Adiós, Cordera” de Leopoldo Alas y “La Lengua de Las Mariposas” de Manuel Rivas, quedó claro que ambos relatos tenían temas y simbolismos similares expresados a través de la perspectiva de personajes preadolescentes. Es interesante notar que, debido a que estos personajes cruciales no tienen una edad madura, su comprensión del mundo es limitada y está muy influenciada por factores externos. Diciendo esto, esta reflexión crítica profundizará explicando el cambio en la percepción de los niños y cómo fueron utilizados para profundizar en la comprensión del pasado socioeconómico de España.

  Analizando la historia, “Adiós, Cordera”, se nos presentan dos personajes infantiles, Pinín y Rosa, los hermanos gemelos a cargo de cuidar a su amada vaca, Cordera. Para ellos, la vaca es una figura muy importante de afecto materno y era muy querida por los hermanos, en este momento, sus vidas eran sencillas e ininterrumpidas en mitad de la naturaleza tranquila. El primer encuentro de adversidad de la familia se produjo cuando Antón fue presionado para vender su único activo después de ser confrontado por el propietario por estar atrasado en sus pagos. Al darse cuenta de que la vaca estaba lista para ser desmembrada, Pinín y Rosa pronto fueron expuestos a los males del antagonista codicioso, que es el rápido avance tecnológico en la España rural, lo que afectó la forma en que perciben el mundo exterior. Por ejemplo, el narrador dice: “Y Rosa y Pinín miraban con rencor la vía, el telégrafo, los símbolos de aquel mundo enemigo que les arrebataba, que les devoraba a su compañera de tantas soledades, de tantas ternuras silenciosas, para sus apetitos, para convertirla en manjares de ricos glotones . . . -¡Adiós, Cordera!”. En este punto de la historia, la perspectiva de Pinín y Rosa cambia radicalmente, ya que sus vidas se ven privadas de la inocencia. De esta manera, el autor involucra a los lectores en una obra donde la historia y la infancia se entrelazan.

Cuando vemos la adaptación cinematográfica de “El lenguaje de las mariposas”, podemos ver un cambio similar con la perspectiva de Moncho. Inicialmente, Moncho comienza como un niño normal, naturalmente curioso sobre el mundo que lo rodea. Se introduce en temas nuevos como la música a través de su hermano, Andrés, y la naturaleza a través de su maestro, Don Gregorio, además de otros temas tabú como el sexo sin protección en la finca. No hace falta decir que la inocencia de Moncho estaba evidentemente intacta, ya que su perspectiva del mundo no se vio influenciada negativamente. Esto se interrumpió rápidamente después de que don Gregorio fuera tomado como una de las primeras víctimas de la Guerra Civil española. Por voluntad de su madre, Moncho es obligado a insultar y traicionar a su más querido amigo, algo que no logra comprender por su ingenuidad. Así como el joven no podía entender este contexto, Pinín y Rosa tampoco podían comprender por qué el tren se había llevado a la Cordera. Según el autor, “Cuando los camiones arrancaron cargados de presos, yo fui uno de los niños que corrían detrás lanzando piedras. Buscaba con desesperación el rostro del maestro para llamarle traidor y criminal”. Esta oración representa claramente el cambio de perspectiva que le ocurre al protagonista. Por su mirada infantil, Moncho no puede entender lo que sucede, como cuando dice “Con los puños cerrados, sólo fui capaz de murmurar con rabia: «¡Sapo! ¡Tilonorrinco! ¡Iris!””. Como lectores, entendemos que Moncho expresa lo que siente en medio de la confusión, pues solo recuerda los términos que asocia con don Gregorio.

En “Adiós, cordera” y “El lenguaje de las mariposas”, los autores supieron expresar una tragedia desde la perspectiva de los niños. Esto no solo hizo que fuera más fácil de entender, sino que también hizo que los lectores se involucraran más en la trama de la historia, ya que pudieron conectarse emocionalmente con los personajes individuales. Además, también es importante señalar que “El lenguaje de las mariposas” fue narrado en primera perspectiva a través de una recopilación de recuerdos que había vivido Moncho. Esto nos da una mirada personal a cómo se sintió durante los devastadores eventos que tuvieron lugar en la España de aquella época, lo que hace que la trama sea aún más impactante. Al final, el usar la perspectiva de un niño fue efectivo en la representación de hechos históricos, por la razón de que todos fuimos niños en algún momento de nuestras vidas, por lo que una parte de nosotros puede simpatizar con la historia y digerir el mensaje de una manera más profunda.