En el cuarto módulo de la clase, aprendimos muchas obras que me gustaron bastante y que además fueron muy interesantes. Sin embargo, la obra que más me encantó fue “El Ingenioso Hidalgo de la Mancha” de Miguel de Cervantes, tal vez porque es la obra que más he interpretado y analizado o simplemente porque es una de las obras más exitosas que automáticamente cautivan al lector. A pesar de que solo leí el capítulo 1, 7 y 8, pude entender cómo un fanático de los libros de caballería se obsesionó tanto con ellos al punto de llegar a perder su cordura. Por consiguiente, su locura le llevó a vivir muchas aventuras cargadas de desgracias, alegrías, triunfos, y amistades.

Para poder conocer y realmente entender el personaje de don Quijote es indispensable leer el primer capítulo, ya que ahí se describe a don Quijote como un hombre anciano y flaco, de semblante frágil. La lectura y los libros de caballería era lo que más le encantaba, y por eso mismo es que “…de poco dormir y mucho leer…” su mente se fue alejando de la realidad y sumergiéndose más en la obsesión de ser un caballero, en una época donde ya no existían. A pesar de que él sería el único caballero en su pueblo, él estaba decidido y convencido en completar todas las características necesarias para ser uno de ellos. Comenzó buscando una armadura vieja de sus bisabuelos y un caballo flaco, viejo y de poco pelaje. Además, se nombró a sí mismo como Don Quijote de la Mancha, ya que él era de la Mancha, y eligió a su amor para tener a quién dedicarle sus batallas, y la llamó “Dulcinea del Toboso”.

Yo creo que, en este capítulo, el autor usa el sarcasmo para burlarse de los libros de caballerías que eran tan famosos en la época, porque elige como personaje principal a un hombre que tiene todas las características opuestas a lo que se describe en los libros. Además, él menciona que ni el mismo Aristóteles entendiera dichos libros, haciendo referencia a que son difíciles de entender. No obstante, la obsesión de don Quijote se asemeja a varias situaciones que aún se ven hoy en día. En la actualidad, existen casos de mujeres que no pueden tener hijos u otras que pierden a sus bebés y no pueden asimilar esa realidad, como consecuencia, algunas optan por robarse niños y hacerlos pasar por suyos, mientras otras viven su propia novela criando muñecos de plástico.  Este es solo un ejemplo de muchos casos relacionados con la obsesión.

En el capítulo 7 y 8, podemos observar algunas de las desgracias de don Quijote donde fue golpeado, y donde quemaron sus más preciados libros, así dando origen a su más grande enemigo, el “Sabio Frestón”. Así mismo, en estos capítulos, comienza su aventura con su más grande amigo, compañero y escudero Sancho Panza, a quien le ofrece ser gobernador de una isla. Tenían una gran amistad, pero, así como eran diferentes físicamente, don Quijote flaco y Sancho gordo, así eran sus mentes también, aunque Sancho Panza le acompañaba en sus aventuras, él sí vivía en la realidad mientras que Don Quijote vivía una fantasía, que para él era su realidad. Por ejemplo, al encontrarse con los molinos de viento, don Quijote ve a gigantes con quienes lucha y sale lastimado. Sancho Panza le dice que solo son molinos, pero él se excusa diciendo que el “Sabio Frestón” los convirtió de gigantes a molinos, dejando intacta su fantasía, muy lejos de la realidad.           

Así como Don Quijote tenía a su “Sabio Frestón” como excusa para sus desgracias, así mismo muchos de nosotros tenemos miles de excusas para justificar situaciones a las cuales no nos queremos enfrentar, ni aceptar como nuestra realidad. Don Quijote es un pobre hombre que nos sirve de ejemplo para ver que la realidad y fantasía muy fácilmente pueden confundirse si dejamos que nuestra imaginación vuele muy lejos.