“De lo que aconteció a un hombre que perdió el nombre”

Carlos era un estudiante ejemplar. Siempre asistía a clases y sacaba las notas más altas de todo su salón. Él quería ser arquitecto y era su sueño desde niño. Él siempre trabajaba dando su máximo potencial. Desde niño siempre le dijeron que tenía un futuro brillante y largo. Sus maestros siempre lo usaban como un ejemplo por sus notas y participación, por estas razones sus compañeros siempre le hacían burla. Todos los días después de clases sus compañeros lo esperaban fuera de la escuela y lo seguían a su casa. Durante el camino sus compañeros lo empujaban y le hacían burla. Cada día se le hacía más difícil a Carlos poder acostumbrarse al acoso de sus compañeros. Sus maestros empezaron a notar los cambios en Carlos y le preguntaron si necesitaba ayuda pero él negó todo e ignoró la persistencia de sus maestros. Un día, sus compañeros empujaron a Carlos a una esquina y le pegaron hasta que Carlos no podía levantarse. Y desde ese día juró cambiar su forma de ser. Sus notas empezaron a bajar mucho y Carlos empezó a dejar de ir a la escuela. Él empezó a ser vago y a no importarle su futuro. Comenzó a acosar a personas inocentes que caminaban por la calle. Carlos empezó a tratar a la gente mal, igual como lo hacían sus compañeros. Un día Carlos esperó fuera de su vieja escuela a que salieran sus acusadores  de clases. Cuando vio una oportunidad, él los asaltó y terminó apuñalando a uno de los acusadores. En ese momento, llegó la policía y Carlos se entregó a la policía confesando todo. Carlos no se arrepintió de sus acciones. Él perdió su camino, sus ambiciones y su nombre. 

Muchas personas pueden burlarse de ti y hacerte sentir de menos pero eso no debería impedir que seas fiel a ti mismo. Solo tu te conoces bien y lo que los demás piensen de ti no debería impedirte tener éxito en tu vida.