Vidas Robadas

En el módulo 2, El sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín, está basada en una vida controlada de una niña llamada Doña Francisca, también llamada de forma afectiva Paquita. La mayoría de las veces la felicidad de uno es arriesgada por su propia familia. En la obra teatral, la vida de Doña Francisca ya está elegida para ella. Doña Irene, la mamá de Paquita, tiene una mentalidad negativa, que era escoger la pareja de su hija, controlaba su educación, y cómo se vestía Paquita. Ella saca a su hija del convento donde estudiaba con hermanas, para casarla con Don Diego, un hombre rico de 59 años. Por cierto, Paquita solo tenía 16 años.

Don Diego, está fascinado con Paquita aunque al principio nunca la ha visto. Noticias de sus comportamientos, sus talentos, y la inocencia de Paquita hace que Don Diego la quiera como su mujer. Pero lo que la mamá de Paquita no sabe es que Paquita no se quiere casar con Don Diego. Ella está enamorada de Don Carlos, el sobrino de Don Diego, a quien conoció cuando ella estaba en el convento en Guadalajara. Paquita le tiene miedo a su mamá, sabiendo que se enloquecerá si llega a descubrir que ella está enamorada con Don Carlos.

Al final, se descubre que Doña Francisca realmente ama a Don Carlos y no a Don Diego. Sorprendentemente, Don Diego no se enoja, ni actúa como un machista. Él acepta que las cosas son así y que no puede esforzar a Paquita que lo ame o que se case con él. Don Diego lo expresa de esta manera, “Yo pude separarlos para siempre y gozar tranquilamente la posesión de esta niña amable, pero mi conciencia no lo sufre … ¡Carlos!. .. ¡Paquita!. .. ¡Que dolorosa impresión 

me deja en el alma el esfuerzo que acabo de hacer!” (p.160) Doña Irene se enoja al principio, pero luego acepta que Paquita esté con Don Carlos.

En aquel tiempo en la sociedad de España en los años 1800, era costumbre que los padres o tutores escogieran la pareja de una mujer. Muchas mujeres no tenían la opción de casarse con alguien que realmente amaban. Aunque los años iban avanzando, las mujeres no recibían derechos, y se les escogía cómo iban a vivir el resto de su vida. Y la manera que Doña Irene trataba a Paquita no era algo sano o positivo para criarla. Ella de seguro pensó que las mujeres no tenían el derecho de ser feliz y no le importaba si su hija pasara lo mismo que ella. Paquita le temía y esto hizo que le mintiera. Ella no podía tenerle confianza a la persona que le tenía que hacer sentir segura. Al menos, Paquita tuvo a la criada Rita para sentirse apoyada con la manera que sentía de verdad.

Muchos al igual que Paquita crecen sin esa seguridad en sus padres. Y creo que es lo más importante porque si no sientes esa seguridad con las personas que te tienen que amar y cuidar, cómo vas a poder tenerle confianza a extraños. Paquita tuvo la suerte de que su mamá al final aceptara su felicidad en vez de querer la misma vida que tuvo su madre. Yo no soy una mamá, pero creo que los padres que piensan que tienen que criar a sus hijos de forma controlada, deberían de poder aceptar que sus hijos sean diferentes que ellos, y que todos son diferentes a su propia manera. Un padre que abusa de su autoridad crea a hijos que mienten, que crecen con rencor, con querer salir de su casa lo más pronto posible porque no son felices.

El sí de las niñas, es una historia dramática que tiene una función didáctica clara porque trata de enseñar que un padre no debe abusar de su autoridad. Doña Francisca pudo escoger su destino y no lo que su mamá quería. Ella pudo decirle “sí” a lo que realmente anhelaba. Y creo que para que fuera escrito en el 1806, era una buena idea de Leandro Fernández de Moratín porque muchas mujeres todavía no tenían esa voz para escoger lo que realmente querían para su vida. Dio conocimiento de que está bien aceptar que a veces los padres no tienen la razón en todo, en particular cuando se trata de las decisiones y la felicidad de sus hijos.

El movimiento de la Ilustración del siglo XVIII se muestra en la obra de El sí de las niñas. Este movimiento fue creado para que la gente no sean ignorantes y para que puedan usar la razón. Y esta obra muestra la nueva idea en aquel tiempo que las mujeres tienen todo el derecho como el hombre para escoger su destino.