Reflexión Final

Una de las cosas que aprendí en esta clase fue sobre los escritores y poetas españoles. Nunca pensé que aprendería sobre literatura española, viviendo y creciendo en los Estados Unidos. El único famoso poeta que se mencionaba en la escuela primaria era William Shakespeare. Nunca se mencionaba un poeta español. Aprendí sobre obras de Lope de Vega, Leandro Fernandez de Moratin y Sor Juana Inés de la Cruz y más. Yo nunca fui una persona que le gustaba leer en general. Pero después de leer algunas poesías, me dio curiosidad entender por qué ciertos pasajes estaban escritos de cierta manera o que profundo mensaje tenían. Por ejemplo, me dio mucho interés querer conocer más sobre Sor Juana Inés de la Cruz. Creo que me interesó más la literatura de ella porque era una mujer del siglo XVII. Todos los otros escritores eran hombres. Tener una perspectiva de una mujer era refrescante. En su poema Hombres necios que acusáis, se puede dar un conocimiento de cómo se sentía una mujer de aquel siglo. No es muy diferente hoy. Creo que muchas mujeres todavía pueden relatar a ese poema porque desafortunadamente todavía existen hombres que menosprecian a las mujeres. Algo más que aprendí fue de cómo analizar un poema. Por ejemplo, la métrica es la parte externa de un poema. Esto consiste en la rima, las sílabas y las estrofas. Aunque las figuras literarias es algo que aprendí en la escuela primaria, pasó mucho tiempo desde la última vez que se mencionó ese tema. Entonces, las figuras literarias todavía se sintió como algo “nuevo”. Unas de las figuras literarias que aprendí fueron antítesis, asíndeton, anáfora, onomatopeya, polisíndeton etc. Otro poema que me gustó fue el poema, Noche Serena de Fray Luis de León. Puedo relatar con el poema en la parte donde él escribe “¿quién es el que esto mira y precia la bajeza de la tierra, y no gime y suspira, y rompe lo que encierra el alma y destos bienes la destierra?” Hay muchas ocasiones en que me siento igual al estar en la naturaleza. Siento que hay un poder más grande que yo, quién es Dios. Me siento como una abeja en un mundo lleno de cosas que de seguro nadie ha descubierto aún. Pero a la misma vez, siento una paz y tranquilidad que nunca quiero que se acabe. Fray Luis de Leon explicó muy bien esa sensación. Por eso me encantó leer el poema.