La movilidad privilegiada de los hombres y el espada de doble filo de las mujeres en la edad media
El primer módulo nos introdujo a las piezas escritas partiendo de la Edad Media y continuando hacia el Barroco. En las historias, podemos ver cómo se aplicaba el sistema feudal y, dependiendo de la clase social en la que estabas y si eras hombre o mujer, dictaba cómo vivías tu vida. Dependiendo de su clase, los hombres podrían clasificarse como héroes o pícaros. Tenían la capacidad de ganar o recuperar el honor. Podemos ver estas dos perspectivas diferentes en las lecturas de El Cantar de Mio Cid y El Lazarillo de Tormes. En cuanto a las mujeres, podemos ver un patrón, que en cualquier clase, son vistas como propiedad/objetos e ingenuas. Durante este tiempo, se considera que el honor de una mujer consiste en mantenerse pura y conservar su virginidad hasta el matrimonio, de lo contrario, pierde su honor. Podemos ver estas diferencias en las obras del “Romance nuevamente rehecho de la fatal desenvoltura de la Cava Florinda” y el primer acto de la obra teatral El burlador de Sevilla.
Las selecciones de lectura de El Cantar de Mio Cid siguen la historia de Rodrigo Díaz de Vivar, quien es un noble y es visto como un héroe durante la Edad Media. Rodrigo, llamado El Cid, que significa “señor” en árabe, ganó su honor y poder conquistando ciudades como Valencia y matando moros durante la Reconquista. Debido a estos actos realizados por el reino, obtuvo la capacidad de recuperar su honor en diferentes ocasiones. En nuestras discusiones en clase, analizamos su historia donde perdió su honor dos veces. La primera es cuando es acusado por otros nobles injustamente y es expulsado de Castilla, y la segunda es cuando sus hijas son abusadas y violadas por sus maridos. El poema demuestra diferentes capas de su personalidad que le permiten ser identificado como un héroe. El Cid tiene la templanza, es la cualidad que mayormente lo define. Por otro lado, que era un guerrero adiestrado, al mismo tiempo temido y admirado por cristianos y moros. Aquí es importante que su apodo sea “cid”, ya que nos muestra cómo el enemigo lo respeta, reverencia y también lo estima como un héroe. Por las descripciones de El Cid, puede recobrar su honor y es casi intocable debido a su clase social.
En la historia El Lazarillo de Tormes, seguimos la vida de Lázaro, parte de la clase baja, y su lucha por la vida subiendo la escala social trabajando para diferentes amos. A través de esta historia, Lázaro explica en primera persona por qué vivió una vida deshonrada debido a las circunstancias cuando era niño. Por ejemplo, cuando perdió a su padre, cuando su madre lo perdió todo y lo entregó a un ciego, fue maltratado y abandonado. Aunque Lázaro es un hombre en esta edad, no se le ve como un héroe sino como un pícaro o antihéroe. La historia le da características de ladrón, mentiroso y aprovechado de situaciones. Con el tiempo, él crece y llega a una posición en la que un sacerdote de alto rango está dispuesto a pagarle para que esté con su esposa y que vivieran en la casa del sacerdote. Aunque Lázaro está en una clase más baja cuando hay una oportunidad de ascender en el sistema social, lo considerará porque no tuvo honor desde que era joven. Debido a su clase baja, ha estado expuesto a varios niveles de corrupción, por lo que no hay honor que perder en el caso de Lázaro.
A lo largo de las historias que hemos leído para el módulo uno, podemos apreciar la conexión de que los hombres pueden ser vistos como héroes o pícaros, pero también tienen la capacidad de ganar y recuperar su honor. Sin embargo, ese no era el caso para una mujer en esa edad. Las mujeres no tenían voz, eran vistas como objetos o propiedades del hombre, y su virginidad era parte de su honor. Si una mujer perdía la virginidad sin estar casada, perdía su integridad y el honor de su familia. El poema romántico “Desenvoltura fatal de la Cava” describe una leyenda ficticia que explica por qué los musulmanes han entrado en la Península. La Cava es vista como una mujer que no tiene futuro, pero es bella y despreocupada. El rey Rodrigo se enamora de la Cava y la viola en esta situación. En el tiempo de hoy, eso sería visto como un acto terrible, pero él no fue visto como el culpable debido a que él era el rey. En cambio, La Cava perdió su “flor” que era su virginidad; ahora se la ve como una mentirosa, y Rodrigo le quitó el honor que tenía. La Cava fue culpada por seducir al rey y se la responsabilizó por la caída de España cuando llegaron los musulmanes.
Si nos fijamos en El Burlador de Sevilla en el acto uno, nos encontramos con Isabella y Don Juan, que se hace pasar por el novio de Isabella. Se dio cuenta de que había sido engañada y que se había acostado con el hombre equivocado y llamó al rey y a los guardias. En el acto, menciona: “¡Ay, perdido, honor!” significa que perdió su virginidad con don Juan. Después de este hecho, todos, incluido el rey y Octavio, la vieron como una irresponsable por no respetarse. Es interesante que a pesar de que Isabella es una mujer principal, quien es la Duquesa, su estatus social es irrelevante porque lo que le dio ese honor fue que aún era virgen y obedecía las reglas. Isabella y La Cava son mujeres de diferentes clases sociales. Lo que les daba honor era su inocencia, siendo su virginidad, pero para los hombres que también eran de otras clases, podían ganar o recuperar su honor.
Qué obra era más efectiva para enseñar a la población
La obra Cartas Marruecas fue escrita por José Cadalso quien escribió estas cartas en el siglo XVIII para criticar la sociedad de España con el fin de educar a la gente sobre lo que es bueno y lo que es malo. Las cartas de Cadalso están escritas con un sentido irónico, por ejemplo, en la Carta LXXII critica la fiesta de los toros y afirma “dinero pagano para ver sangre derramada”. Declaraciones como estas estaban destinadas a ser leídas por la población española para hacerles pensar y reflexionar sobre los problemas que aquejan a la sociedad. Estas epístola pueden verse como efectivas para expresar situaciones en la sociedad, sin embargo, las epístolas no brindan soluciones a los problemas presentados. También por la ironía utilizada en el texto, la población puede malcomunicar el mensaje y ofenderse por el mensaje que está transmitiendo Cadalso.
El libro de buen amor es una autobiografía escrita por el Arcipreste Juan Ruiz en el siglo XIV. Lo compuso para demostrar las mentiras del loco amor para enseñarle al pueblo lo que no deben hacer. En el poema, sin embargo, expone sus interacciones con el loco amor. En las secciones, leemos que el loco amor menciona los pasos de Ruiz para conquistar mujeres. Este poema presenta muchas contradicciones, ya que se supone que un Arcipreste es divino y un modelo a seguir, pero por el contrario es todo lo opuesto. El poema se puede interpretar mal y el pueblo puede seguir su ejemplo o perder la fe en la iglesia, haciendo que el poema no sea efectivo para enseñar la moraleja de lo que no se debe hacer.
Por su parte, la obra El Conde Lucanor fue escrita por Don Juan Manuel con la intención a enseñar y dar una lección moral. Escribió 51 ejemplos sobre situaciones difíciles que siguen la misma estructura. Lucanor le presenta un problema a Patronio, luego Patronio narra un cuento relacionado con el asunto de Lucanor de manera simbólica. Finalmente, Lucanor explica cómo lo aplica en su situación y termina con el dicho. Por ejemplo, en el cuento II “Lo que sucedió a un hombre bueno con su hijo” Lucanor se enfrentó al problema de ser criticado. Patronio cuenta la historia de un hombre y su hijo que estaban siendo criticados por cómo viajaban con su bestia. Después Lucanor presenta una moraleja del cuento que es “Por críticas de gentes, mientras que no hagáis mal, buscad vuestro provecho y no os dejéis llevar”. La estructura de tres secciones facilita el aprendizaje y la aplicación de los consejos a otras situaciones. La historia enseña muy bien la moraleja de los cuentos de Patronio. Sin embargo, lo que hace que esta historia sea menos efectiva que otras es que solo está disponible para la población noble, no para el pueblo.
“El Ladrón Devoto” es un poema que forma parte de la obra escrita por Gonzalo de Berceo, Los milagros de Nuestra Señora (siglo XIII). Cuenta un milagro que le sucedió a un ladrón que estaba robando en una iglesia. El poema fue escrito para animar y educar al pueblo de la religión católica. En el poema, el ladrón es condenado a la horca por sus actos. Es salvado por la Virgen María que lo levantó del suelo para salvarle la vida. El poema llega a una conclusión de que quien reza por la Virgen María se salvará, sea bueno o malo, tiene la capacidad de salvarse. En esta obra, la religión juega un parte muy importante para ganarse la confianza de la gente y enseñar al pueblo cómo deben actuar para ir al cielo. De las obras que hemos discutido, “El Ladrón Devoto” es la más efectiva para entregar la moraleja debido a su simplicidad para que el pueblo la entienda y la idea de cómo cualquiera puede salvarse mientras tenga fe.
Las capas detrás de La dama boba
La dama boba (1613) fue escrita por Lope de Vega en pleno Siglo de Oro. La obra es una comedia sobre un par de hermanas enamoradas del mismo hombre, Laurencio. La ‘dama tonta’ es Finea; mientras que su hermana mayor, Nise, es tan educada como tonta su hermana. Muchas obras originales tienen sus propios giros modernos hoy en día y la que representación que vimos de La dama boba es ejemplo de ello. La actuación de los personajes permite que la audiencia se involucre. Las relaciones entre los personajes eran muy claras y tenían la sensación de ser naturales y divertidas, como una comedia romántica. Al leer y ver una obra de teatro, es importante entender cómo el dramaturgo original y la obra de teatro transmiten el mismo mensaje a través del lenguaje, el vestuario y las acciones. La sonografía de la obra no tenía un fondo que hiciera abstracto el escenario para que el público pudiera visualizar una escena; sin embargo, la atención se centró en los accesorios y la plataforma circular nivelada en el escenario. Las luces, el vestuario y la utilería permitieron que la audiencia comprendiera que la obra se desarrolla en el siglo XVII en España.
Lo que más me llamó la atención fueron los colores de los trajes. Finea usó el color rojo y Nise usó el color azul. Creo que el rojo del vestido de Finea simbolizaba su energía, atención y confianza para ser el centro de atención. Por otro lado, el vestido azul de Nise podría representar calma, honestidad y responsabilidad. Los colores pueden conectarse con la idea de que Nise es la hermana que es fiel a ella y adopta un enfoque más serio. Por el contrario, su hermana parece llamar la atención de todos debido a que es una boba y se relaciona con la idea de que Finea está engañando a todos sobre lo inteligente que es.
Aunque la obra se representó en un pequeño teatro, los actores utilizaron eficientemente el espacio. Los actores subieron y bajaron del escenario, lo que le dio a la audiencia la ilusión de que eran parte del ambiente. La plataforma nivelada circular en el escenario fue una gran adición para mostrar diferentes eventos, lo que muestra que un escenario elegante no es necesario si hay excelentes actores que dan vida a la obra.
Repasando la obra en el teatro, y la obra inicialmente escrita; hay similitudes y diferencias. Tanto en el teatro como en la obra, las personalidades y la forma en que se desarrollaron los eventos fueron casi iguales. La principal diferencia entre los dos es el final. En la obra, al final Finea se casa con Laurencio, los criados se juntan y Nise se casa con Liseo. Sin embargo, la obra de acción en vivo tiene un enfoque feminista, y Nise no se casa con nadie al final. El final simboliza un enfoque feminista porque, durante este período, las mujeres no tenían la libertad de elegir si querían casarse o no, ni tenían la capacidad de elegir con quién casarse. En sentido, es relevante que al final de la obra Nise sale del escenario, contempla a los personajes y recita el comienzo del poema “Hombres necios que acusáis” de Sor Juana Inés de la Cruz––un canto a la emancipación de la mujer.
En conclusión, nuestro viaje al teatro fue la segunda vez que veía una obra representada en un teatro. Experimentarlas en vivo fue agradable porque soy una persona visual. Ver la obra en lugar de leerla me ayuda a comprender mejor la historia. Por ejemplo, cuando leí la obra por primera vez, me confundí con los diversos triángulos amorosos, pero verlo en el escenario me ayudó a entender el desarrollo de la trama. No me gustó la distribución del teatro porque a veces era difícil ver, ya que las sillas estaban al mismo nivel. Los asientos están en ángulo en otros teatros, por lo que es más fácil para todos ver el escenario desde diversos ángulos.
Los poemas dan consejos
En el cuarto módulo de esta clase, nos enfocamos en las temáticas de la apariencia y la realidad. Leímos varios poemas e historias que contienen diferentes estructuras y usos del lenguaje figurativo. En mi caso, los poemas que residieron conmigo son “Coplas” números 1 y 3 de Jorge Manrique, el Soneto XIII de Garcilaso de la Vega, y “Mientras por competir con tu cabello” de Luis de Góngora. El lenguaje figurativo se usa en estos poemas para captar la atención de las personas y permitirles pensar en los poemas. Las coplas tienden a centrarse en la muerte, mientras que el Soneto XIII se centra en la edad y el paso del tiempo, pero el poema “Mientras por competir con tu cabello” puede relacionarse con ambos temas. Todos estos poemas tienen en común el tema del paso del tiempo y lo valioso que es en su época dorada.
Jorge Manrique escribió 40 Coplas para conmemorar y honrar la muerte de su padre. En la Copla uno comunica que vivimos la vida sin advertir que la muerte puede llegar en cualquier momento. Por ejemplo, dice “cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte”, que presenta la idea de que la vida va y viene. En la Copla tres, habla de que todos, incluidos los ricos y la clase trabajadora, serán iguales ante la muerte. Por ejemplo, menciona que todos somos ríos y que todos seremos parte del océano sin importar cuán grande o pequeño sea. En este caso, todos moriremos. Manrique utiliza la alegoría para relacionar nuestras vidas siendo como los ríos y la muerte siendo el océano.
Garcilaso de la Vega escribió el Soneto XXIII para comunicar que somos jóvenes ahora y envejecemos después, y sabiendo esto, tenemos que aprovechar nuestro tiempo. De la Vega presenta una forma positiva de ver el envejecimiento y usa metáforas para hacer comparaciones, como “el dulce fruto antes que el tiempo airado cubre de nieve la hermosa cumbre”. Además, compara la vejez con las estaciones, donde nuestra juventud es la primavera que trae dulce fruto, y nuestra vejez es el invierno cuando nieva.
Luis de Góngora escribió “Mientras por competir con tu cabello” para comunicar que la mujer necesita disfrutar de su juventud y belleza antes de que ésta llegue a su fin por el tiempo y la edad. Proporciona comparaciones de cómo se ven las características de las mujeres a lo largo de su época de juventud. Por ejemplo, dice “Mientras a cada labio, por cogello, siguen más ojos que al clavel temprano”, lo que establece la conexión de que el clavel compite con los labios de una mujer. En general, este poema analiza cómo la edad es un factor que no se puede detener y debe ser glorificado antes de que disminuya, ya que el ideal feminista fue significativo en esa época.
Cada poema presentado en la reflexión tiene su tema en el que se enfocan, pero todos tienen una cosa en común: el tema del transcurso del tiempo. En la Copla 1 y 3, Manrique describe que debemos darnos cuenta de que nuestro tiempo en la tierra es corto y que cada uno a su tiempo se enfrenta a la muerte. En el Soneto XXIII, Vega menciona el tiempo comparando nuestra vida con las estaciones, mostrando la diferencia entre florecer (juventud) y marchitarse (vejez). Finalmente, Góngora presenta el tema del tiempo comparando y contrastando cómo se veían las facciones de las mujeres en su juventud y en su vejez. Todos los poemas comparten el consejo de que hay que aprovechar el tiempo y aprovecharlo al máximo ya que hay factores a tener en cuenta como la muerte y la vejez.